jueves, 18 de abril de 2013

De que vuelan, vuelan

Yo no creo en espantos, pero debo confesar que me ha costado bastante no creer en ellos. Es verdad que en mis noches de niñez  algo que las marco fue el miedo a que me “apareciera” algún fantasma,  y es que habían cosas que matizaban ese miedo, los incontables capítulos que solía ver de manera masoquista del programa “Archivos del mas allá” era una de esas, eran historias asombrosas entre la realidad y el más allá que podían ocurrirle a cualquiera, y el saber que podían existir me quitó el sueño muchas veces.
En las películas, las historias son más asombrosas que nunca, y los seres sobrenaturales que las protagonizan no permitirán que distraigan tu atención fuera de la pantalla. Nuevos espíritus y presencias fantasmales están listos para dejarse ver y sólo aquellos espectadores que sean lo suficientemente valientes para presenciar lo temible, podrán vivir esta experiencia… O al menos eso es… “Lo que la Gente Cuenta".
Pero, ¿qué ocurre si alguien que conoces te cuenta una historia de estas vivida por él? El miedo por películas o series no es lo que sorprende, sino situaciones que de verdad merecen atención y que son las que han generado en mi la duda de su existencia.  Son cosas de la vida real, cuyos protagonistas son cercanos. Cada quien cree si quiere. Cada historia ha de tener su protagonista, y ellos su verdad… Yo lo que se, es que deberíamos tener cuidado, jamás entrar a una casa hecha de dulces porque, de que vuelan, vuelan.
Gledys Perez

1 comentario: